FORD MUSTANG SHELBY GT500-KR CONVERTIBLE 1968
“THE ROAD KING “
FRANKLIN MINT
Cuatro pinceladas del coche real.
En 1967, Ford en el Auto Show de Nueva York, presentó el Mustang Shelby más potente de toda la gama. A mediados de 1968, Ford sacaba al mercado una evolución sobre el Shelby
500 GT, el GT-500 KR, añadiendo el nombre de Cobra para dar a conocer
un producto que iniciaba una era de máximo rendimiento en sus coches
deportivos. La denominación Cobra, que se puede apreciar en las aletas
delanteras, entre la puerta y el paso de rueda, hace referencia al nuevo
motor 428 Cobre-Jet V8. Aunque ford mantuvo la denominación CJ 428 de 335 CV, en realidad este motor erogaba 400CV ( en 1968, no lo olvidemos )
El GT500-KR representó una nueva vuelta de tuerca al concepto Shelby, tanto desde el punto de vista de este, como de Ford. El coche se envíaba a Shelby
sin morro ni trasera, y allá se les dotaba de piezas en fibra de vidrio
( por ejemplo, el capó ) para bajar el peso final, ya que el estilo de
carrocería de los modelos 19667 eran más grandes y pesados que los de
años anteriores.
Los interiores eran muy parecidos a otras unidades de Mustang lujosos de la Ford, añadiendo Shelby ese arco antivuelco tan característico y un volante con montura en madera.
El
KR estaba dotado de una suspensión modificada, ofreciéndose en ambas
versiones. Los frenos de disco delanteros y tambores posteriores
asistidos por servofreno, neumáticos F60-15 de Good Year en ambos trenes, montadas en llantas de aleación de 15 x 7.
En fin, un coche muy especial, los concesionarios de Ford vendieron en 1968, 1570 unidades del GT500-KR, 1053 fastbacks y 517 convertibles. Por cierto las letras KR, significan eso , King Road, por algo sería.
La versión a 1/24 de Franklin Mint
Un
coche ciertamente peculiar, en el que lo primero que te llama la
atención es el arco de seguridad lo que le da una línea muy peculiar,
pero veamos más a fondo este Shelby. Probablemente del año 2005, este espectacular cabrio,
en principio solo se ha presentado en este color negro. En una edición
limitada de 9900 unidades, y además consultando algunas fuentes, solo se
ha fabricado en susodicho color. Del fastback, en cambio sí se presentaron algunos colores diferentes y versiones especiales.
Como
de costumbre, cuando lo coges para poder mirar el chasis, y como pasa
con otros Franklin, impone su enorme peso. El chasis, muy logrado (
quizás por poner alguna pega, hubiesen podido pintar en negro algunas
piezas plásticas como las ballestas), y en donde ya se nota el trabajo
evolutivo del fabricante norteamericano, con una suspensión delantera
totalmente operativa ( igual que la trasera), respetando sus
características de trabajo en cada eje. Ambos trenes están muy
conseguidos, igual que el enorme bloque del conjunto motor-cambio, el
tanque de combustible o la largas líneas de los escapes, con las puntas
cromadas.
Bajo
el largo capó motor, tenemos la reproducción del famoso V8 Jet Cobra,
muy detallado, y de adelante hacia atrás, tenemos una parrilla en
fotograbado, muy realista, un tabique con las bocinas a un lado y el
radiador en el otro. Todo el bloque motor coronado por el filtro que da
paso al Ram Air. Batería, botella de expansión, servofreno, etc,
juntamente con una barra estabilizadora entre torretas y por supuesto
el mínimo de instalación eléctrica o manguitos de circulación de
refrigerante. Ajuste muy bueno del capó en la carrocería.
El
maletero no da para mucho equipaje, ya que la mitad se la lleva la
rueda de recambio, esta vez en chapa, en vez de aleación de aluminio (
hubiese sido más barato poner las 5 llantas iguales , pero no correcto),
incluso hasta han colocado un adhesivo con la información para su
extracción ( del coche real). Suelo del maletero forrado, y tapizados
los laterales, nos siguen dando buena sensación.
Pero
claro, lo que más llama la atención de un convertible es lógicamente el
interior, ya que a esta zona se van a ir rápidamente nuestros ojos.
Franklin ha realizado un buen trabajo del cockpit
del coche. Un auténtico descapotable deportivo de cuatro plazas. Un
aspecto un pelo atrasado es el uso de brazos para abrir las puertas,
estando este aspecto claramente superado por modelos más económicos hoy
en día. Pero lo cierto, es que hacen ajustar bien las puertas y los han
disimulado en la parte inferior de las puertas y pintandolos
en el mismo tono que los guarnecidos de las puertas. Estos están muy
logrados, con todos sus detalles. Suelo tapizado, pero con alfombrillas
de goma para los ocupantes delanteros. Asientos muy detallados, con
todos los cinturones disponibles, tanto delante como detrás, compuestos
de simil
cuero y enganches en fotograbado ( son del tipo aviador, o sea que
sujetaban solo por la cintura, y los asientos no son precisamente bacquets de competición, por no tener, ni tienen cabezales). Los respaldos son abatibles, como los reales.
Dentro de toda esta zona, pienso ,que la parte que más nos ha gustado es el salpicadero , con simil madera, Los relojes, la radio sesentera, la palanca en T del cambio, el volante, en fín , todo nos llega para darnos esa sensación que debía sentir uno de los propietarios de las 517 unidades del convertible.
JOAN BETULO