viernes, 24 de febrero de 2017

LAS REVIEWS DE JOAN PERE ,FORD MUSTANG SHELBY GT500-KR CONVERTIBLE 1968 “THE ROAD KING “ FRANKLIN MINT

           FORD MUSTANG SHELBY GT500-KR CONVERTIBLE 1968  
                                      “THE ROAD KING “ 

                                         FRANKLIN MINT 


Cuatro pinceladas del coche real.  
En 1967, Ford en el Auto Show de Nueva York, presentó el Mustang Shelby más potente de toda la gama. A mediados de 1968, Ford sacaba al mercado una evolución sobre el Shelby 500 GT, el GT-500 KR, añadiendo el nombre de Cobra  para dar a conocer un producto que iniciaba una era de máximo rendimiento en sus coches deportivos.  La denominación Cobra, que se puede apreciar en las aletas delanteras, entre la puerta y el paso de rueda, hace referencia al nuevo motor 428 Cobre-Jet V8. Aunque ford mantuvo la denominación CJ 428 de 335 CV, en realidad este motor erogaba 400CV ( en 1968, no lo olvidemos ) 
El GT500-KR representó una nueva vuelta de tuerca al concepto Shelby, tanto desde el punto de vista de este, como de Ford. El coche se envíaba a Shelby sin morro ni trasera, y allá se les dotaba de piezas en fibra de vidrio ( por ejemplo, el capó ) para bajar el peso final, ya que el estilo de carrocería de los modelos 19667 eran más grandes y pesados que los de años anteriores.  
Los interiores  eran muy parecidos a otras unidades de Mustang lujosos de la Ford, añadiendo Shelby ese arco antivuelco tan característico y un volante con montura en madera.  
El KR estaba dotado de una suspensión modificada, ofreciéndose en ambas versiones. Los frenos de disco delanteros y tambores posteriores asistidos por servofreno, neumáticos F60-15 de Good Year en ambos trenes, montadas en llantas de aleación de 15 x 7. 
En fin, un coche muy especial, los concesionarios de Ford vendieron en 1968, 1570 unidades del GT500-KR, 1053 fastbacks y 517 convertibles. Por cierto las letras KR, significan eso , King Road, por algo sería.  

La versión a 1/24 de Franklin Mint  

Un coche ciertamente peculiar, en el que lo primero que te llama la atención es el arco de seguridad lo que le da una línea muy peculiar, pero veamos más a fondo este Shelby. Probablemente del año 2005, este espectacular cabrio, en principio solo se ha presentado en este color negro. En una edición limitada de 9900 unidades, y además consultando algunas fuentes, solo se ha fabricado en susodicho color. Del fastback, en cambio sí se presentaron algunos colores diferentes y versiones especiales. 
Como de costumbre, cuando lo coges para poder mirar el chasis, y como pasa con otros Franklin, impone su enorme peso. El chasis, muy logrado ( quizás por poner alguna pega, hubiesen podido pintar en negro algunas piezas plásticas como las ballestas), y en donde ya se nota el trabajo evolutivo del fabricante norteamericano, con una suspensión delantera totalmente operativa ( igual que la trasera), respetando sus características de trabajo en cada eje. Ambos trenes están muy conseguidos, igual que el enorme bloque del conjunto motor-cambio, el tanque de combustible o la largas líneas de los escapes, con las puntas cromadas.  
Bajo el largo capó motor, tenemos la reproducción del famoso V8 Jet Cobra, muy detallado, y de adelante hacia atrás, tenemos una parrilla en fotograbado, muy realista, un tabique con las bocinas a un lado y el radiador en el otro. Todo el bloque motor coronado por el filtro que da paso al Ram Air. Batería, botella de expansión, servofreno, etc, juntamente con una barra estabilizadora entre torretas y por supuesto el mínimo de instalación eléctrica o manguitos de circulación de refrigerante. Ajuste muy bueno del capó en la carrocería.  
El maletero no da para mucho equipaje, ya que la mitad se la lleva la rueda de recambio, esta vez en chapa, en vez de aleación de aluminio ( hubiese sido más barato poner las 5 llantas iguales , pero no correcto), incluso hasta han colocado un adhesivo con la información para su extracción ( del coche real). Suelo del maletero forrado, y tapizados los laterales, nos siguen dando buena sensación.  
Pero claro, lo que más llama la atención de un convertible es lógicamente el interior, ya que a esta zona se van a ir rápidamente nuestros ojos. Franklin ha realizado un buen trabajo del cockpit del coche. Un auténtico descapotable deportivo de cuatro plazas. Un aspecto un pelo atrasado es el uso de brazos para abrir las puertas, estando este aspecto claramente superado por modelos más económicos hoy en día. Pero lo cierto, es que hacen ajustar bien las puertas y los han disimulado en la parte inferior de las puertas y pintandolos en el mismo tono que los guarnecidos de las puertas. Estos están muy logrados, con todos sus detalles. Suelo tapizado, pero con alfombrillas de goma para los ocupantes delanteros. Asientos muy detallados, con todos los cinturones disponibles, tanto delante como detrás, compuestos de simil cuero y enganches en fotograbado ( son del tipo aviador, o sea que sujetaban solo por la cintura, y los asientos no son precisamente bacquets de competición, por no tener, ni tienen cabezales). Los respaldos son abatibles, como los reales.  
Dentro de toda esta zona, pienso ,que la parte que más nos ha gustado es el salpicadero , con simil madera, Los relojes, la radio sesentera, la palanca en T del cambio, el volante, en fín , todo nos llega para darnos esa sensación que debía sentir uno de los propietarios de las 517 unidades del convertible.  
Resumiendo, vale la pena darse una vuelta tranquila por las fotografías, porque se quedan muchos detalles en el tintero. Ciertamente es un coche que para los aficionados al 1/24, es muy interesante tenerlo en nuestra colección.
















                                                                                                           JOAN BETULO