miércoles, 22 de noviembre de 2017

CHEVROLET CORVETTE C2 STING RAY 1963 1/24 FRANKLIN MIN, by Joan Betulo

CHEVROLET CORVETTE C2 STING RAY 1963
By
FRANKLIN MINT


Cuatro pinceladas del coche real.
El Chevrolet Corvette C2 Sting Ray es la segunda generación del deportivo de la General
Motors en su división Chevrolet desde el año 1963 hasta 1967.
Los orígenes del Sting Ray, se pueden localizar en dos proyectos de la General Motors
diferentes, por un lado el Q-corvette y por otro el Sting Ray de Mitchell. No obstante los previos
Corvette de los años 1961 y 1962, ya anunciaban las líneas del futuro Corvette.
Cuando salió al mercado el coupé fastback, la doble ventanilla posterior creó mucha
expectación por lo que combinadas con el resto del nuevo coche le daba una aire muy futurista,
y por consiguiente a pesar de sus desventajas evidentes ( falta de visión posterior), enamoró a
muchos norteamericanos de la época.
Aparte de su nuevo diseño, el nuevo corvette era más ligero que los de la serie C1, lo que daba
una mejor aceleración con los mismos motores. El interior de los C2 también sufrió un profundo
cambio así como los elementos encargados de su conducción. Para ese primer año del C2, se
construyeron 21.513 unidades, casi a la par entre Coupés y Cabriolets, de estos últimos más
de la mitad fueron encargados con el techo duro.
Todos los Corvette de 1963 tenían motores de 327 pulgadas, en el que con la potencia de
primera entrada, se daba una potencia de 250 CV, con variantes de 300, 340 y 360 CV. En
este año se produjeron 199 Corvettes Z-06, generalmente reservados para la competición, y de
ellos , 6 unidades fueron preparadas específicamente para la carrera de Le Mans.

El C2 Sting Ray 1963 de Franklin Mint .

 

 

Nuestro protagonista lleva impreso en el chasís el año 1989, al lado del nombre del fabricante,
por lo que parece ser que salió como novedad en dicho año, siendo su fabricación suspendida
en Diciembre del año 2001. O sea, estuvo en producción casi 12 años con la referencia PX-67.
Pero no fue el único C2 1963 puesto en el mercado ya que tuvo otras variantes de color , como
por ejemplo en Blanco ( C593 ) o Negro ( E 295). En el año 1998 , el Vette C2 63, se renovó
completamente con unas nuevas versiones con carrocería en fibra de vidrio , y con muchos
más detalles que las versiones más simples antes comentadas, y siendo muy apreciadas por
coleccionistas de Corvettes. Colores Saddle Tan ( E 818), Azul Plata ( E 666 ) , versión Z 02 ,
color Sebring Plata ( XN 55 ) o Azul Daytona ( ZU 53).

 

Como podemos apreciar, esto del Corvette, es todo un mundo, y hay coleccionistas
especializados solo en este modelo de la Chevrolet. Pero pasemos al protagonista de nuestro
presente artículo. Este modelo en concreto siempre había sido una espinita clavada para mi, ya
que los únicos C2 Coupé del 63 que tenía en mi colección eran los de Majorette, que dentro de
su nicho de mercado estaban muy bien, pero lógicamente nada que ver con los Franklin Mint, y
eso , que estos eran bastantes años más antiguos. A finales de los 80, hablar en España, de
Franklin era hablar casi de un mito.




El sistema constructivo del C2 es bastante clásico con un chasis bastante detallado (
recordemos siempre la época, y no compararlo con la versión más moderna de casi 10 años
después ). Dentro de su aparente sencillez, tenemos ambos grupos de suspensión bien
colocados y detallados. Destaca la parte inferior del bloque motor y la caja de cambios , más
los largos tubos de escape. También el equipo de transmisión, incluyendo diferencial y palieres.
La suspensión no es operativa, si en cambio la dirección, que a su vez acciona el volante. El
chasis como ya es norma en los FM, es metálico y pintado.

 

El motor un tanto sencillo, pero correcto está dotado de las partes más elementales pero sin
grandes florituras, destaca la parte de las tapas de válvulas pintadas en rojo y la gran tartera
cromada del filtro de aire. La parte interior del capó está detallada, con el material aislante y la
chapa. Recordemos que las aparatosas entradas de aire del capó no son tales, sino que solo
son elementos estéticos. Por cierto, buen ajuste de las piezas con movimiento como el capó y
de las puertas, estas última cons los brazos de cierre y apertura que tan típicos se hicieron en
todas las realizaciones de los 80 y los 90, sobre todo por marcas con menos enjundia que FM.
Dichos brazos, hay que remarcar que están dispuestos en la parte baja de las puertas ,
respetando prácticamente todo el tapizado de las mismas.
 

El interior del Sting Ray, nos da una de cal y otra de arena. Por un lado tenemos el suelo
tapizado y los asientos son de buena factura, faltando algunos detalles en pintura. El tablier,
con esa forma gemelar tan característica está bien conseguido en cuanto a formas, pero se me
antoja un tanto plasticoso. Lo que sí es lo que me deja más frío es que tanto el cuadro de
relojes, como la guantera, como la parte media de la botonera entre ambas semiesferas, son
adhesivos, de buena calidad, pero adhesivos al fín y al cabo. Volante, pedalier y palanca de
cambios correctos. La parte trás los asientos, también está tapizada. En cambio los
guarnecidos de las puertas, tienen todas sus piezas cromadas dando en este caso más
realismo a la zona.

 
Para la carrocería mejor mirar las fotos, que nos dan unas buenas imagenes de lo que es el
Chevrolet Corvette C2 ´63 Sting Ray de Franklin Mint. Tras su llegada a casa, y en este caso
tratarse de un coche de “ segunda” mano, procedí a limpiarlo y pulirlo , incluyendo los
cromados, y la verdad son de calidad, aguantando el proceso de pulido sin ningún problema.
Un aspecto curioso es que la banda blanca de los neumáticos son de color amarillo pálido
cuando en las fotos de otras unidades aparecen blancas. No estoy seguro, pero diría que
simplemente es un proceso de envejecimiento de las mismas, pero como a mi me gusta, he
preferido dejarlas como están y no intentar pulirlas ( además en los neumáticos reales a 1/1
hay bandas blancas que también amarillean al hacerse viejas). Primeros pinitos en tampografía
con los logotipos del fabricante y el modelo en varias zonas del coche. Esto que ahora sería
impensable de no encontrar en todas las miniaturas actuales, a finales de los 80 era toda una “
delicatessen”. A nivel personal, solo le he panelado las cubiertas de los faros, para dar la
sensación de que se pueden levantar y he dado una capa de negro mate a las rejillas debajo
de los limpiaparabrisas, dejando después la parte superior cromada a la vista.
 

Resumiendo, tenemos delante a un coche que sin ser excepcional, está bien resuelto y que es
del todo imposible de no tener en toda colección de 1/24 que se precie, siendo uno de los
iconos de los deportivos de toda la historia del automóvil. Si, amigo lector, no quieres meterte
en los prohibitivos precios de las versiones de carrocería de fibra de vidrio, mejor acabados,
pero más limitados, este C2 ahora se encuentran por internet a precios interesantes.




























Joan Betulo